Hace ya una década que la comida peruana se puso de moda en Buenos Aires y en ese lapso abrieron muchísimos restaurantes. Algunos muy buenos, otros no tanto, pero los hay para todos los gustos y para todos los bolsillos. Demasiadas fusiones y modernidades que no van conmigo, pero lo que nunca antes vi, fue una sanguchería peruana, un lugar al paso, con eficiente delivery y donde se pueden encontrar los típicos sánguches peruanos, bien servidos y riquísimos.
A fines de Diciembre del 2011 llegó a mis manos un folleto que decía “PERU EXPRESS sanguchería, algo nuevo para probar”. Confieso que mi primer llamado para pedir el delivery lo hice con más miedo que emoción. En esa oportunidad me animé por un Sánguche de Chicharrón Peruano, una Causa de atún y un Tamal cuzqueño. Mi sorpresa fue desde la llegada del pedido. Packaging impecable, con diseño sobrio y delicado. Pero cuando abrí los paquetes no podía creer lo que veían mis ojos, ni el aroma que sentía.
Sánguche de Pavo a la Guadalupe y Suspiro Limeño
Unos sánguches enormes, como los que estamos acostumbrados, y un sabor tan igual como si estuviera en Lima. Mi alegría fue tal que llamé para felicitarlos. Pasaron unos días y me animé a probar otras cosas. Esta vez fue el Sánguche de Atún, el de Pavo a la Guadalupe (con puré de manzana dentro) y una de las pruebas de fuego: El suspiro Limeño. Suele suceder muy a menudo, en la gran mayoría de restaurantes peruanos de Buenos Aires, que a los postres no les dan tanta importancia, lo que se verifica en el escaso respeto por los ingredientes originales y la preparación. Este Suspiro, sin embargo, aprobó con un 20! Otra sorpresa fue el cebiche, que lo acompañan con porción generosa de camote, choclo blanco y canchita serrana crocante. Cabe resaltar que normalmente en los restaurantes peruanos en Buenos Aires, el camote viene servido casi con gotero y el choclo es el amarillo. Este camote no será tan dulce, pero calma el picante y el choclo no será el de grano grande, pero el sabor es mas parecido al nuestro. Otro recomendado es la Tarta de Ají de Gallina: ¡Espectacular!
Me faltaba conocer el local, así que aproveché la visita de mi mamá y un día con 40 grados de calor, para conocer PERU EXPRESS. El lugar es pequeño pero acogedor. Con capacidad para unas 15 personas sentadas. Ahí conocí a Manuel Cabrera, Chef peruano y uno de los propietarios, quien me contó que después de trabajar en varios restaurantes de alta cocina en Buenos Aires, decidió hace unos 7 meses incursionar en la comida peruana, pero no quería ser uno más de lo que ya hay, por eso se le ocurrió entrar en este rubro casi desconocido por los porteños. La atención del local esta a cargo de Alana Quintanilla, una peruana que atiende con mucha simpatía y cordialidad a todos los que van llegando. Algo, no menos importante, son los precios razonables en la carta, teniendo en cuenta que los ingredientes para la elaboración de la comida peruana no son baratos ni fáciles de conseguir. Me comentaban el chef Cabrera y la misma Alana, que en PERU EXPRESS van personalmente a comprar los productos para garantizar la óptima calidad de los mismos. Los peruanos sabemos que el pan en los sánguches son casi tan importantes como el relleno, es por eso que Cabrera se preocupó de ir con su receta a una de las mejores panaderías del centro y obsesionarse en el resultado. Cada uno de estos detalles se notan claramente en cada bocado.
Todo esto lo encontré en un “huarique” auténticamente peruano en pleno barrio de Retiro, donde la movida del almuerzo es casi siempre una locura, pero las ofertas son las mismas desabridas de siempre. PERU EXPRESS es un oasis en pleno desierto.
PERU EXPRESS Marcelo T. de Alvear 990 4394-6135