Como para festejar: ASTRID & GASTÓN LLEGÓ A BUENOS AIRES… y COCINEROS IMPUNES cumple hoy Un Año.

(Recomiendo ampliar las fotos para poder apreciarlas mejor)

No se puede creer que abrieron sus puertas hace apenas dos semanas y ya es increíble la cantidad de gente que llega, con y sin reservas. Manteniendo el elegante estilo del Astrid & Gastón de Lima, en un petit hotel de Palermo, se encuentra el restaurante emblema de la Alta Cocina Peruana ahora en Buenos Aires.

El primer Astrid & Gastón comenzó a funcionar en Lima en 1994 y luego abrieron otro en Santiago de Chile, mas adelante en Bogotá, en Quito, Caracas, Panamá, Madrid, México D.F., hoy en Buenos Aires y próximamente parece que en Inglaterra.

Tengo que confesarles que estuve esperando este día desde que me enteré que iban a abrir Astrid & Gastón en Buenos Aires, y para sorpresa mía un día llega un comentario a mi perfil, del chef encargado de la apertura del restaurante, Roberto Grau, “el Almirante”, como le dice Gastón Acurio, al mando de esta fantástica cocina, donde me invitaba a conocer su propuesta gastronómica.

Al llegar uno se encuentra con una cálida recepción y luego ya entrando está el Bar provisto de lindos y cómodos sillones, con mesitas ratonas donde uno puede disfrutar de piqueos peruanos con algún trago, tanto para esperar su mesa o bien para simplemente disfrutar allí mismo de las delicias del Bar. Estando sentada ahí, hay algo que no pasa desapercibido y es el techo, muy original, con pinturas cuzqueñas iluminadas dando un efecto muy interesante al ambiente.

Allí pudimos disfrutar de unos sabrosos Bolichoclos y Boliyucas con cremas del Perú (huancaína y ocopa), acompañados por una Charapita (jugo de fresas, de maracuyá y pisco acholado) y de el Inti Sour (jugo de mango, de naranja, licor de mandarina y pisco acholado), nombres bien peruanos y algunos muy graciosos, como Piscollins, Güenazo, Old Chusco, Chola Mentirosa, Miraflower o Piña Pues, que se ven en toda la lista del Bar.

Por el pasillo, cuando uno va yendo a la mesa, se escucha un suave murmullo con inconfundible acento peruano y se ve claramente la Cocina, y a la tripulación de la nave que comanda Grau, trabajando habilidosamente en los maravillosos e impecables platos, que luego llegarán a las mesas.

En la parte baja, además del Bar y la Cocina, tienen varios salones y un patio muy lindo, ideal para disfrutar esas noches templadas que a veces nos regala Buenos Aires, o para fumadores empedernidos. Esa noche estaban todos los ambientes llenos e incluso gente muy cómoda esperando en el bar.

Una amplia escalera de madera nos llevó al segundo piso para ubicarnos en la mesa que nos habían reservado. Varios salones de techos altos, todos muy cómodos, paredes pintadas con anchos listones de colores coral y verde, tan peruanos que nos recordaron la increíble paleta de Fernando De Szyszlo.

Mesas impecablemente puestas y una atención mas que perfecta, tanto por Claudia Eraso, gerente de operaciones y además sommelier, como por el maitre y el personal encargado de nuestra mesa. Encontrar una atención como ésta en Buenos Aires no es nada común en estos tiempos. Por eso vale destacar que Claudia y su equipo deben haber realizado un gran trabajo previo para lograr un estándar de calidad mínimamente compatible con el que se puede disfrutar en el restaurante de Lima o en los que han instalado en otras capitales de América Latina.

La carta es muy clara, separando los clásicos de la comida peruana de los que ya vienen con el sello creativo de Gastón y, además, como versión argentina, carnes locales con toques peruanos.

La carta de vinos es emocionante y completísima, con una sección de biodinámicas y otra para los vinos de corte. Se ofrecen productos nacionales e importados, que abarcan toda la gama de precios y una variedad razonable para pedir en copas.

Otro punto para destacar y mucho, es la panera, con una variedad increíble de panes como de papa milla, de chicha morada con pasas y nueces, de campaña con huacatay y rocoto, de choclo, delicados grisines con semillas de quinua, exquisitos y acompañados de la clásica mantequilla pero además de Uchucuta, una salsa espectacular de huacatay, perejil y queso de cabra entre otros ingredientes.

Para comenzar pedimos un Cebiche Clásico de Corvina y se veía tan perfecto que me acordé de la foto cuando ya había comido buena parte (sepan disculpar pero estaba realmente delicioso), también pedimos una Degustación de Causas que nos remontaron a La Mar de Lima, de Centolla, de Pulpo al Olivo, con masa de rocoto, de Pejerrey en escabeche y de Centolla y Conchitas con mayonesa de Togarashi.

Luego, siguiendo con los clásicos, nos decidimos por un Lomo Saltado y un Arroz con Mariscos, creo que las fotos hablan por sí mismas, pero van a tener que imaginarse los sabores soberbios, los aromas y el punto de cocción …. estábamos en Lima.

La carta de postres es por demás tentadora, nos decidimos por la Degustación de un Tiramisú original con Salsa de frutos rojos, una Trufa-buñuelo relleno de un exquisito chocolate derretido, servido con una delicada salsa de té y lemongrass y acompañado de miel, el exótico Sorbet helado de Frambuesas con Rocoto y el Suspiro Loco, presentado en unos cilindros de una suave masa rellenos con espuma de manjarblanco y contrastando texturas con unos deliciosos crocantes, pero como si eso no hubiera sido suficiente, el chef Roberto Grau nos trajo el Trío Peruano imperdible, Arroz con Leche, Suspiro Limeño y Picarones. Debo aclarar que éste es el primer Arroz con Leche que es realmente cremoso y delicioso. Me había resignado a no pedir nunca este postre en Buenos Aires porque siempre viene muy aguado y poco dulce en casi todos los restaurantes. El Suspiro Limeño, como corresponde, con el toque de oporto en el merengue y los Picarones, con miel de Chancaca, para chuparse los dedos realmente.

Detalle que no es menor, la excelente calidad del café, acompañado de unos mini alfajorcitos y unas gomitas azucaradas de piña.

Agradezco mucho al Chef Roberto Grau por las atenciones pero sobre todo lo felicito por su magnífica cocina. A Gastón Acurio, que supo mostrarla al mundo, haciéndonos sentir a los peruanos orgullosos de nuestra comida y por sobre todas las cosas, por haber traído su maravillosa cocina a Buenos Aires, un verdadero reto que ha sido vencido ampliamente.

Astrid & Gastón
 Lafinur 3222 – Ciudad de Buenos Aires
Tel: 4802-2991

Les dejo una excelente publicación del escritor Mario Vargas Llosa en el diario El País de España, donde bien describe al famoso chef Gastón Acurio.

http://www.elpais.com/articulo/opinion/sueno/chef/elpepiopi/20090322elpepiopi_14/Tes

 

28 comentarios

Comments RSS TrackBack Identifier URI