NO HAY MAS PAN EN BUENOS AIRES

Me gusta el pan pan, pan en serio recién horneado como el de El Cañón, no eso que en muchas panaderías llaman “caserito” y que no es pan. Es imposible de cortar bien ni partir con la mano porque se destroza completamente. No sirve para hacer un sándwich, tampoco para acompañar las comidas y entonces ¿para qué sirve? ¿Habrá gente que le guste el caserito? Da la impresión que es harina con agua, como las galletas de agua pero una versión en pan.

Pasa algo parecido con algunas medialunas, que no son medialunas, ni de manteca, ni de grasa, son como pan de miga dulce. La prueba de la medialuna es jalar de los dos extremos y ver como se van desenrollando todas las vueltas que le dieron al hacerla. Eso sí que me gusta!

Pero conseguir uno de los mejores panes de Buenos Aires tiene su precio y es que cuando uno llega a Esmeralda al 500 se encuentra con la Panadería «El Cañón», este lugar que al parecer no tuvo ninguna mejora desde 1845, cuando iniciaron el negocio. Tan imprescindible como impresentable, de aspecto poco tentador por la escasa limpieza y algunos gatitos bien alimentados paseando tranquilamente por el salón, sumado a la informalidad y desgano del personal en la atención.

Algo que he notado en muchas panaderías es que si tienen buen pan, las facturas y pastelería vienen flojas y si la pastelería es de primera el pan de seguro es caserito.

¡Como me gustaría encontrar un lugar donde las dos cosas mantengan un buen nivel de calidad!

8 comentarios

  1. Suele pasar eso que donde el pan es bueno la factura es mala. De cualquier manera el 90% del pan es pésimo, yo coincido contigo.

    Tampoco se puede denominar alegremente como «pan» a todos esos pancitos saborizados de cebolla, aceitunas o nueces (los de la Bourgogne son magníficos) pero es como correr con trampa. Eso no es pan lisa y llanamente.

    Ya no queda pan y no queda cultura de pan, lo que los buenos países panadero sí tienen (en Tel Aviv te venden pan desde las 3 am cuando abren las panaderías, lo mismo ocurre en París).

    También hay otra contra que es que no debe haber cultura de pan. Si la hubiera, debería haber oferta.

  2. Justamente eso es lo que me extraña. Para un argentino la mesa no está completa sin la panera, es casi como el arroz para los peruanos. Pero la verdad es que se hace muy complicado encontrar buen pan.

  3. Por fin alguien que se preocupa por el pan nuestro de cada día. Tengo el mismo problema.

  4. El pan y la factura de La Argentina de Belgrano son bastante parejos, los dos buenos. Medialunas…las de dos escudos. Gilga, me hiciste acordar de Abboulafia de Yaffo y se me pianta un lagrimón. Katia seguí asi, cada post mejor que el otro, quiero ir a Perú sólo para probar.

  5. Buen dato Flor y gracias. Me vas a tener que pasar la dirección de La Argentina.
    En Dos Escudos compro medialunas y sandwiches de miga que también son muy ricos.
    Ojalá y te anímes algún día a visitar Perú, te aseguro que vuelves más que contenta.

  6. Metiendo mi cuchara….
    Tienes razón, Katia. Habré estado doce, quince veces en Buenos Aires y no recuerdo ningún pan memorable. Raro para un país tan, pero tan triguero. Me has dado ganas de escribir una nota en Don Lucho sobre panes y melancolías…
    Yo estuve fuera del Perú 20 años. Cuando me fui el pan oscilaba entre mediocre y malo. Cuando regresé, con un paladar y un olfato mucho más educados, lo encontré entre mediocre y bueno. Ocasionalmente muy bueno, rara vez extraordinario. Eso es progreso.

  7. Hola Don Lucho, además de la variedad que hay en el interior, los que hubieron siempre en Lima y los que hay ahora. Pero es cierto que antes no salíamos del francés para el desayuno o una buena butifarra, tolete, de yema, baguette y no me acuerdo bien el nombre de uno que hacían en la panadería Rose de Aurora, creo que «carioca».
    Sería genial que escribas algo sobre panes del Perú y de los lugares donde estuviste.

  8. […] ya no tenían la gracia de la primera vez. Son pocos los lugares donde realmente las facturas y las medialunas, tanto de grasa (manteca) como de manteca (mantequilla) son realmente deliciosas. Porque eso sí, […]


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